[vc_row][vc_column][vc_column_text]Esta iniciativa se llevó a cabo gracias a Vicent y Empar, dueños del espacio de agility «La Manada».
era una forma de aunar el amor por los animales, en concreto con los perros y la practica espiritual de la meditación. Dado que yo ya tenía experiencia al respecto en estas actividades, nos propusimos lanzar una serie de talleres.
La vivencia en sí fue muy gratificante, Empar se encargaba de cualquier conducta de cualquier animal que pudiera entorpecer el desarrollo normal de la actividad, y yo por mi parte me encargué del desarrollo de la práctica meditativa.
Los animales tiene ese sexto sentido, pera captar las energías y os distintos estados de ánimo de sus dueños. Y al sentir que estos conectaban con la paz y la relajación profunda, ellos rápidamente y de forma natural se ponían a vibrar en la misma onda.
el resultado siempre es emotivo pues permites que tu mascota comparta contigo esta practica, pero es que a su vez lo has hecho en un grupo con 10 personas más y sus respectivos perros.
La energía que se genera es indescriptible, un silencio y una paz que se puede palpar en el aire, y ver a todas esas personas con sus perretes, todos tranquilos y relajados no tiene preciso.
de sobra decir que los perros no necesitan meditar porque ellos viven en un estado continuo de presencia, viven el presente constantemente,
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