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LOS QUE NOS PONEN A PRUEBA.
El camino no está exento de personas que nos ponen a prueba. Que nos afrontan con nuestra realidad interna, los que nos desafían.
A veces estas personas son pasajeras, otras cumplen un rol importante en nuestra vida y en otras tenemos vínculos muy profundos y duraderos con ellas.
Pero sea cual sea el grado de intensidad de la relación, el propósito es el mismo.
Son meros mensajeros, y da igual que formato tenga este mensajero. El universo proveerá de infinitos mensajeros para hacernos llegar los mismos mensajes una y otra vez.
Lo importante aquí es el mensaje, que emoción nos suscita, que nos hace experimentar, con que nos hace conectar. Que había dentro, ya, de nosotros que este mensajero destapa.
Las respuestas emocionales son todas aprendidas, en nuestra etapa de desarrollo de 0 a 7 años es donde forjamos nuestro cuerpo emocional. Las emociones simplemente se repiten gracias a distintos mensajeros, pero el origen del patrón, la raíz está en la edad infantil.
Así que es un gasto energético y una pérdida de tiempo arremeter contra el mensajero. Al igual que cuando nos llega una factura no arremeten os contra el cartero ni quemamos la carta, simplemente nos quedamos con el enfado de tener que pagar una factura desorbitada.
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