DUDAS.
Según los budistas mientras no alcanzamos la iluminación será inevitable que tengamos dudas.
Así que con ellas convivimos gran parte de la población.
Estas dudas nos exigen una auténtica habilidad para tratar con ellas, y en contraposición la inmensa mayoría de la gente no tiene ni la menor idea de cómo tratarlas, gestionarlas, como investigar o utilizar sus dudas.
Tal vez deberíamos dudar de la duda, volver los perros de la duda contra la propia duda…
Dejaría así de ser la duda un obstáculo para pasar a ser una puerta a la realización.
El buscador la tomaría en su regazo como un medio para profundizar más en la verdad.
Teniendo siempre en cuenta que las dudas no pueden resolverse por sí mismas inmediatamente, debemos crear un espacio en nuestro interior donde observarlas, examinarla donde puedan disolverse y sanarse de un modo cuidadoso y objetivo.
No tengamos demasiada prisa para resolver todas nuestras dudas y problemas… Que como bien dicen los maestros “apresurarse lentamente”.