[vc_row][vc_column][vc_column_text]Experiencia de meditación en prisión.
Esta aventura surgió hace casi dos años, cuando mi amiga Silvia Ferrer me propuso un proyecto en el centro penitenciario de Valencia de la mano de ARCO Iris ríe una asociación sin ánimo de lucro que trabaja arte terapia en el penitenciario.
Cari Roig, artista y presidenta de la asociación practicante de yoga y de otras disciplinas dentro de las terapias naturales y complementarias vio la posibilidad de dar mayor cobertura las internas e internos con un programa de meditación y kundalini yoga.
En un principio impartíamos las dos sesiones, juntas. Posteriormente las empezamos a hacer por separado y actualmente desde hace casi un año sólo sigue el programa de “meditación y relajación” (nombre oficial del programa).
Gracias a la generosidad de la gente que atendió rápidamente a una llamada para recaudar fondos vía Facebook, pudimos comprar esterillas y mantas y así tener el material mínimo para comenzar.
Dentro de las sesiones fundamentalmente trabajo meditación y diksha (si deseas conocer más sobre la diksha hay un post y más información dentro mi página web), también hemos hecho algún esporádico viaje chamánico inducido con el sonido del tambor, y ahora estoy empezando a introducir en las sesiones respiraciones conscientes y conectadas (rebirthing).
El trabajo dentro de este ámbito, es bastante peculiar de por sí, uno debe soltar expectativas y olvidarse de lo que en una sesión fuera de aquí está normalizado…pues aquí es otro mundo.
La puntualidad no es su fuerte, con lo que hay que armarse de paciencia y saber de antemano que es más importante hacer cola en el economato (tienda que tiene en el patio) para comprarse un café, tomárselo con la calma mientras se fuman un cigarro, para después subir a la sala (espacio de la escuela donde dan clases a diario). Con lo que van a subiendo cuentagotas, a pesar de tener dos encargadas que van llamándolas una a una a pesar de haber escuchado el aviso por megafonía. La misma megafonía que puede sonar a mitad de sesión requiriendo a alguna interna y ésta teniendo que abandonar la sesión ipso facto. Así funciona la cosa aquí dentro, un gran aprendizaje de paciencia, y aceptación por lo que a mí respecta.
Muchas de ellas han probado las sesiones, pero debido a que tiene otros destinos, u otras actividades, al principio se hacía difícil la continuidad pero poco a poco se consiguió.
Actualmente solo trabaja con mujeres de 3 módulos distintos, a priori de buena conducta.
El trabajo se daba cada 15 días, pero durante mi último viaje a la India, estado en un proceso de la O&O Academy, sentí que tenía que asistir todas las semanas, aumentando mi implicación voluntaria en este programa.
Durante todo este tiempo, ha habido sesiones de más de 25 personas, e incluso u sesión donde sólo vino una interna. A día de hoy hay un grupo más o menos fijo, de unas 8-10 personas. S impresionante ver el estado en el que a veces llegan a las sesiones y ver sus caras al terminar…rostros relajados, paz interior, estados bellos de conciencia. Ellas mismas se asombrar de transitar por emociones y estados totalmente desconocidas para ellas. Acabar sesiones donde se acaban abrazando, en estallidos de amor poco usuales entre aquellas paredes. Conseguir que las sesiones sean un espacio donde se puedan abrir y permitir todo tipo de emociones, lograr que sea el único lugar donde puedan llorar seguras, sin miedo a sentirse vulnerables; sabiendo que la confidencialidad de lo que ocurre allí dentro es absoluta y que violar esa ley es motivo de no poder volver a participar en el programa.
Para ellas toda una experiencia de la que están sumamente agradecidas, frases como “ Estoy esperando el lunes como agua de mayo”, “le doy gracias a Dios por la oportunidad de que puedas venir a ayudarnos tanto” o el hecho de que me hicieron una caja de navidad con lo que pudieron comprar en el economato…es la forma en la que se me paga mi tiempo y mi dedicación…
Pues me llevo todo eso, ver como se abren, como conectan con sus emociones más ocultas, sus miedos viscerales, su sentimiento de culpa….y tras ello podemos trasmutar y conectar con estados bellos de conciencia (alegría, paz, quietud, gratitud…) Y por supuesto el mayor de mis aprendizajes poder verlas, verlas sin velo ni juicio, sin juicio sobre sus penas o delitos. Verlas como seres con mucho sufrimiento, con muchas carencias de todo tipo, y con mucho dolor en sus adentros.
Crear este espacio no sólo las ayuda a ellas sino a sus relaciones con otras internas, con los funcionarios, creando un día a día con menos tensión, más pacífico…porque la paz comienza en el mundo interno. Y la peor cárcel, la peor prisión es ser prisionero de la mente en un estado de sufrimiento interno.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]