¿Para qué les sirve a los niños meditar?
Nos encontramos en la tesitura de dejar un mejor mundo a nuestr@s hij@s y de dejarle unos buenos hij@s a este planeta. El cambio que debe suceder fuera debe surgir primero dentro de nosotros y de las nuevas generaciones. Siendo la técnica de la meditación la clave fundamental.
Según el Dalai Lama, podríamos eliminar la violencia en una sola generación, si le enseñáramos meditación a cada niño de ocho años. Nos encontramos pues ante la obligación moral de hacerlo.
El plantearme los talleres de meditación con niñ@s y también conjuntamente con padres, se debe a la potentes resultados y beneficios que aporta la meditación. Trae calma, el niño se tranquiliza, experimenta estar en su centro y se familiariza con su estado natural de quietud interna, que tan rápidamente perdemos en el mundo actual. Con la atención focalizada uno puede estar con lo que es, cono lo que acontezca…afrontando la vida y las experiencias desde la armonía y desde el centro. .Les proporciona una mayor concentración, a su vez les permite gestionar d una manera más adecuada sus emociones, les facilita el aprendizaje, aprender a conocer a si mismos, sus procesos internos, interaccionar con su propio ser, reducir el estrés, y mejora en las capacidades cognitivas, la mayor autoconciencia se plasma en una mayor empatía. El desarrollo de la relajación física, aprender a procesar sus pensamientos, autocomprensión de sí mismos aumentando por consiguiente su creatividad, reducir sus miedos, ser más conscientes de su capacidad espiritual, la relajación física, y un mejor sueño.
Instaurar esta práctica como un hábito supone unos grandes beneficios en la salud del niño y futuro adulto.